Mi marido y yo habíamos estado pensando en mudarnos a Australia durante varios años pero nunca pasamos de leer sobre el tema. En 2010 empezamos a hacer planes más concretos. Lo que más nos preocupaba era nuestro hijo que tenía 16 años y estaba preparándose para sus exámenes finales en el instituto y encontrar trabajo.
Después de una búsqueda sin descanso, optamos por Nueva Zelanda en vez de Australia. Parecía que el nivel de vida era más asequible y, siendo una familia no muy casera, las oportunidades de hacer senderismo, escalada y ciclismo parecían interminables en Nueva Zelanda. Afortunadamente, mi marido es ingeniero civil, una profesión muy solicitada en Nueva Zelanda cuando buscan a inmigrantes para trabajar.
Para otras familias que quieran emigrar, recomendaría buscar información y más información y también hablar con familias de emigrantes que ya se hayan ido. Pensamos que nos instalaríamos en Australia pero después de hablar con otros inmigrantes británicos en Nueva Zelanda, cambiamos de planes. Te puedes tropezar con una idea que no se te había ocurrido hablando con gente que ya lo ha hecho antes.
Dos años después de mudarnos, en general estamos muy felices. Mi hijo está asentado en su colegio, encontró trabajo y está pensando en ir a la universidad. Mi marido tiene un trabajo a tiempo completo y yo trabajo a tiempo parcial en una oficina. Vamos al campo casi todos los fines de semana e incluso hemos planeado hacer puenting para celebrar nuestro 20º aniversario de bodas el año que viene. En fin, allá donde fueres…
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